lunes, 30 de julio de 2012

CLEI 6: EL SATIRICÓN

EL SATIRICÓN
El autor: PETRONIO
El Satiricón es una de las obras antiguas cuya transmisión ha sufrido mayor número de vicisitudes; no sólo nos ha llegado en estado fraccionario sino que ha ido apareciendo en épocas distintas y en diferentes manuscritos. La obra presenta a sus estudiosos gran cantidad de cuestiones entre las que se sitúan la fecha de su composición y la identificación de su autor; cuestiones ambas, como veremos a continuación, estrechamente relacionadas entre sí. La fecha en que se escribió el Satiricón es una cuestión abierta para la que no existe solución definitiva. Se han propuesto diversas fechas que van desde la segunda mitad del siglo I de nuestra era como fecha más temprana, hasta cualquier fecha del siglo II; algunos incluso han propuesto una cronología más tardía, retrasando su composición hasta el siglo III. En la actualidad la mayor parte de los estudiosos de esta obra, apoyándose en la situación económica y social que se refleja en la misma y, muy especialmente, en sus referencias literarias y culturales, se inclinan a favor de la composición en los últimos años del reinado de Nerón.

En algunos de los manuscritos figura el nombre del autor como Petronius Arbiter. Los estudiosos que proponen los años finales del reinado de Nerón como fecha para el Satiricón, identifican este Petronius Arbiter de los manuscritos con un consular del mismo nombre, al que el historiador Tácito se refiere en los Anales (libro XVI, 18-19). Este personaje de la corte neroniana es descrito de forma inusualmente minuciosa como un aristócrata de gustos refinados, con una capacidad inagotable para procurarse nuevos e inusitados placeres pero también, como demostró siendo procónsul de Bitinia, con una considerable capacidad e inteligencia cuando desempeñaba cargo de responsabilidad. Este noble perteneció al grupo de íntimos de Nerón, fue su favorito y, en palabras del propio Tácito, era considerado por el propio emperador su "arbiter elegantiae"; la coincidencia de este apelativo atribuido al Petronio de la corte neroniana con el "cognomen", ciertamente raro, del autor del Satiricón ha propiciado que ambos se identifiquen.

Tácito nos informa también sobre la fecha y la circunstancias de la muerte de Petronio. A causa de la envidia y la intriga de otros personajes de la corte, fue acusado de tener amistad con uno de los participantes en la conjura de Pisón. Sin esperar a ser condenado se dio muerte serenamente en el año 66, manteniendo en la muerte la misma postura epicúrea que había mantenido en vida. Tácito contrapone el comportamiento sencillo y elegante de Petronio en estos últimos momentos con la actitud solemne y engolada de los estoicos, Catón y Séneca por ejemplo, en las mismas circunstancias.

 Contenido y estructura de la obra
Como ya hemos señalado. El Satiricón nos ha llegado extraordinariamente fragmentada; parece que debía tener al menos dieciséis libros, porque se nos han transmitido parte del XIV, XV y del XVI. Los fragmentos que tenemos sólo abarcan algunos pequeños episodios, si exceptuamos un episodio que nos ha llegado completo y que se conoce como La cena de Trimalción.
La obra, una de las más bellas y originales de la época imperial, es extraordinariamente compleja, no sólo por su trama sino también por la gran cantidad de géneros que, como tendremos ocasión de ver más adelante, confluyen en ella. Si aceptamos, como venimos haciendo, la fecha de segunda mitad del siglo I para su composición, se trataría de la más antigua de las novelas conservadas, aunque sea de forma incompleta.

En relato principal está en primera persona y se centra en las vergonzosas aventuras del propio narrador, Encolpio, y de su amante Gitón, joven hermoso y carente de escrúpulos. Queriendo hacer una parodia de la Odisea de Homero, Petronio nos muestra a Encolpio zarandeado de un lado a otro a causa de la ira de Príapo, obsceno dios de la fertilidad, como Ulises lo era a causa de la ira de Poseidón. Pero en esta obra, que toma como base una humanidad degenerada y grotesca, no hay nada heroico.
En la primera parte de sus aventuras están acompañados por Ascilto. Los tres personajes carecen completamente de moral, pero demuestran gran inteligencia en sus aventuras por las ciudades helenizadas de Italia del Sur. En la segunda serie de aventuras acompaña a Encolpio y a Gitón un nuevo personaje: Eumolpo; se trata de un viejo poeta sentimental y sin escrúpulos con quien viajan a Crotona. En el relato principal se insertan numerosos episodios menores con entidad y valor literario propio, novelas dentro de la novela. El conjunto forma una serie de aventuras extravagantes, eróticas la mayor parte de las veces, en las que se reúnen personajes de todo tipo: ladrones, fanfarrones, pervertidos, retores, doncellas y matronas dominadas por la lujuria, etc... Es, quizás (entre otras cosas), la primera novela de pícaros, que, moviéndose en un mundo en descomposición, intentan sobrevivir en él.

El episodio más extenso y de mayor entidad de los conservados es el llamado La cena de Trimalción. Este episodio ha aparecido aparte y en un manuscrito distinto al resto de los fragmentos. Narra un banquete ofrecido por Trimalción, liberto recientemente enriquecido, y al que son admitidos el joven Encolpio y sus acompañantes. El anfitrión y su esposa Fortunata hacen ostentación de su riqueza tanto en la decoración de la casa como en la profusión de suntuosos platos para sus invitados. El tema le sirve a Petronio para trazar una viva caricatura de la vulgaridad de esta clase de nuevos ricos que proliferaban en la época imperial. Durante la comida se suceden incidentes grotescos y conversaciones ridículas; se incluyen también relatos cortos como el hombre-lobo y el de las brujas malvadas. Toda la escena está narrada con una vivacidad y un realismo verdaderamente brillante y asombroso; el ridículo personaje de Trimalción con sus rasgos caricaturescos es una figura compleja: engreído y pagado de sí mismo por un lado, amable y de buen corazón por otro; preocupado por su salud y su muerte, pero deseoso de disfrutar de todo lo que su buena situación pueda ofrecerle.
Petronio traza en esta imagen del nuevo rico una de las figuras más lograda de la literatura romana. Mención aparte merece dentro del estudio de la estructura de la obra las narraciones cortas, que se pueden considerar, como ya hemos dicho anteriormente, verdaderas novelas dentro de la novela. De entre ellas se pueden destacar la del hombre-lobo y la de las brujas maléficas, incluidas ambas en La cena de Trimalción, así como la de la Matrona de Éfeso y el Muchacho de Pérgamo, puestas ambas en boca del poeta Eumolpo, compañero de Encolpio y Gitón en la segunda serie de aventuras. Los cuentos del muchacho de Pérgamo y de la viuda de Éfeso, relacionados con los cuentos milesios, tienen mayor interés literario. El primero aborda el tema de la homosexualidad: el segundo cuenta con tono picante la seducción de una viuda por parte de un soldado en la propia cámara sepulcral de su marido. El cuento de la viuda de Éfeso pertenecía a la tradición popular y tiene un antecedente claro, aunque muy esquemático, en una fábula de Fedro.

Por último encontramos en El Satiricón, además de gran número de pequeñas poesías, dos poemas extensos, que merecen ser tenidos en cuenta en un comentario de la estructura de la obra petroniana. El primero de ellos canta la destrucción de Troya, y se encuentran en él no sólo ecos del libro II de la Eneida sino también de otras versiones griegas. El segundo, bastante más interesante desde el punto de vista de la teoría literaria, es un largo poema sobre la guerra civil; algunos quieren ver en él una crítica o parodia de La Farsalia de Lucano. Este tipo de poemas apoya la tesis de los que piensan que Petronio escribía para un público entendido, capaz de reconocer y valorar las alusiones a autores y obras dispersas por la novela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

REALIZA TUS APORTES ARGUMENTADOS EN EL TEMA VISTO