jueves, 25 de octubre de 2012

LENGUA CASTELLANA 10º "LA REBELIÓN DE LAS MASAS"




LA REBELIÓN DE LAS MASAS
“Cuando se habla de nuestra vida, suele olvidarse esto, que me parece esencialísimo: nuestra vida es en todo instante, y antes que nada, conciencia de lo que nos es posible. Si en cada momento no tuviéramos delante más que una sola posibilidad, carecería de sentido llamarla así. Sería más bien pura necesidad. Pero ahí está: este extrañísimo hecho de nuestra vida posee la condición radical de que siempre encuentra ante sí varias salidas, que por ser varias adquieren el carácter de posibilidades entre las que hemos de decidir. (En nota: En el peor caso, y cuando el mundo pareciera reducido a una única salida, siempre habría dos: ésa y salirse del mundo. Pero la salida del mundo forma parte de éste, como de una habitación la puerta.) Tanto vale decir que vivimos como decir que nos encontramos en un ambiente de posibilidades determinadas. A este ámbito suele llamarse “las circunstancias”. Toda vida es hallarse dentro de la “circunstancia” o mundo. Porque este es el sentido originario de la idea “mundo”. Mundo es el repertorio de nuestras posibilidades vitales. No es, pues, algo aparte y ajeno a nuestra vida, sino que es su auténtica periferia. Representa lo que podemos ser; por lo tanto, nuestra potencialidad vital. Esta tiene que concretarse para realizarse, o, dicho de otra manera, llegamos a ser sólo una parte mínima de lo que podemos ser. De ahí que nos parezca el mundo una cosa tan enorme, y nosotros, dentro de él, una cosa tan menuda. El mundo o nuestra vida posible es siempre más que nuestro destino o vida efectiva.”

El hombre masa se caracteriza por su narcisismo, que le impide ver más allá de sus propias narices, creyendo que todo el mundo es como él, piensa y siente como él, y que el mundo es como él cree que es.

Y después de mostrar desde ahí, desde esa doctrina, el cambio reciente, concluye introduciendo un tema que parece de hoy, pero que está ya en 1930: “No quiero decir con lo dicho que la vida humana sea hoy mejor que en otros tiempos. No he hablado de la cualidad de la vida presente, sino sólo de su crecimiento, de su avance cuantitativo o potencial.
“Es, pues, falso decir que en la vida ‘deciden las circunstancias’. Al contrario: las circunstancias son el dilema, siempre nuevo, ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter”.

“Todo esto vale también para la vida colectiva. También en ella hay, primero, un horizonte de posibilidades, y luego, una resolución que elige y decide el modo efectivo de la existencia colectiva. Esta resolución emana del carácter que la sociedad tenga, o, lo que es lo mismo, del tipo de hombre dominante en ella”.
“Por lo pronto somos aquello que nuestro mundo nos invita a ser, y las facciones fundamentales de nuestra alma son impresas en ella por el perfil del contorno como por un molde. Naturalmente, vivir no es más que tratar con el mundo.

Ser, sentirse un pueblo de hombres consiste en esencia  "poder hoy seguir en su ayer sin dejar por eso de vivir para el futuro, poder existir en el verdadero presente, ya que el presente es solo la presencia del pasado y del porvenir, el lugar donde pretérito y futuro efectivamente existen".
De tan sublime sentencia podemos definir con apresurado apotegma que, el presente es el espacio temporal donde pasado y futuro confluyen, y por lo tanto, es la continuidad del pasado la que contribuye al progreso de la humanidad gracias a su dinamismo histórico. Por consiguiente, cualquier revolución que rompa con el pasado traerá consigo una etapa crítica o período de crisis en la evolución de la humanidad.
Pero no sólo hemos de ceñirnos a esta acepción o trinidad temporal para una mayor comprensión del sentimiento como pueblo, sino que además hemos de ampliarla con trebejos filantrópicos como el de "pluralidad" o balanza de poderes que permite el equilibrio entre sus componentes, ya que sin ella, sin el mestizaje que proporciona -ya sea de opiniones, ideas, razas etc.-, nos encontraríamos en un estadio de involución.
La aglomeración es el hecho de una muchedumbre que implica la coincidencia de deseos, de ideas, de modo de ser en los individuos que la integran, y su antítesis son las minorías selectas, caracterizadas por estar formadas con hombres que se exigen más que los demás.
Ortega disecciona a la humanidad en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial sino todo lo contrario, reclaman multitud de derechos y omiten sus obligaciones, para de esta modo, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, convertirse en boyas que van a la deriva.
La subida del nivel histórico: con el transcurrir de los años, y sobre todo a partir de finales del siglo XIX, la masa se ha ido institucionalizando, trayendo consigo que su innata barbarie arrolle con todo lo diferente, egregio, individual, cualificado y selecto.
En este apartado el autor nos muestra como el nivel histórico de la masa se ha ido enalteciendo, elevando, subiendo, en gran medida debido a la "crisis" o desidia del pensamiento del XIX, es decir, la soberanía del individuo no cualificado, del individuo humano genérico, ha pasado, de idea o de ideal jurídico que era, a ser un estado psicológico constitutivo del hombre medio.

La altura de los tiempos en la vertiginosa subida del nivel histórico hace creer al hombre medio haber llegado al término de un viaje, alcanzar un tiempo en que se cumple un afán antiguo y plenifica una esperanza. Es, como muy bien define Ortega, la "plenitud de los tiempos", un tiempo en el que la masa cree haber satisfecho su deseo, su ideal, sumiéndola en una grimosa melancolía, en una profunda apatía.
Aparece así un sentimiento de decadencia, porque si ya no se puede aspirar más alto, o bien nos mantenemos entramos en un período de involución, o bien decaemos.
Como podemos observar, el haber alcanzado este nirvana espiritual y vital con tanta prontitud responde indefectiblemente a una exacerbada prepotencia del hombre medio, manifestándola descaradamente en su osadía para autodenominarse "moderno", lo que declara agudamente esa sensación de "altura de los tiempos".
Todo esto ha provocado que este tiempo de plenitud se sienta más que los demás tiempos y a la vez inferior así mismo, que se pierda toda atención hacia el pasado y por lo tanto que se olvide cualquier intento de superación, impidiendo así la evolución, el dinamismo histórico, y oscureciendo el nacimiento de una nueva alborada de la humanidad.
El crecimiento de la vida, a medida que ha ido creciendo el mundo, entiéndase el crecimiento de la población mundial, la vida ha ido aumentando en su interior.
El crecimiento sustantivo del mundo, continente de la vida humana, no consiste en sus mayores dimensiones, sino en que incluya más cosas.
Qué aburrido sería tener delante más que una única posibilidad, aunque en tal caso cabría mejor hablar de pura necesidad. Afortunadamente nos encontramos en un ambiente de posibilidades que, según las ambiciones, los deseos o aspiraciones de cada individuo, podrán ser determinadas o no. Ese ámbito acotado o no, dependiendo de la libertad de espíritu individual, o sea, del potencial del intelecto que cada individuo posea, es lo que Ortega llama "circunstancias".

Concepto este último nada novedoso, ya que por todos es sabido que la vida del ser humano está condicionada a su circunstancia. Ahora bien, cabría preguntarse si este marco circunstancial es alterable o no. Por otra parte, cuando Ortega habla de minorías, del individuo selecto, no habla del petulante que se cree superior a los demás, sino de aquel que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores.
 Dice Ortega que la función natural de la minoría es guiar a la masa y la función natural de la masa es acatar los rumbos de la minoría. De igual forma hay que entender que la minoría no es tampoco una clase o grupo social, sino una función , de modo que a la misma se pertenece transitoriamente mientras se tienen aptitudes y actitudes mejores para desarrollar una cierta tarea. Esto es algo tan simple como que si pensamos en un aula lo natural es que el profesor enseñe a los alumnos y no los alumnos al profesor. Pues bien, lo que nos advierte alarmado Ortega es que los alumnos se han rebelado y pretenden ser ellos quienes conduzcan al profesor.

Un dato estadístico es que la vida que hoy conocemos está llena de posibilidades, es magnífica, exuberante, superior a todas las históricamente conocidas. Es más vida que todas las vidas, y lógicamente más problemática debido a su mayor complejidad.
Para el autor dos son los elementos esenciales que componen la vida: la circunstancia y la decisión. La circunstancia constituye lo que llamamos el mundo. La vida no elige su mundo, sino que vivir es encontrarse en un mundo determinado, pero la vida no nos ofrece una única trayectoria sino que nos impone varias y, consecuentemente, nos fuerza a decidir, a elegir cuál es la que más nos conviene. He aquí el segundo componente de la vida: la decisión.
Comienza la disección del hombre-masa se caracteriza por que es rebelde por naturaleza, pero su rebelión no pretende ser una sublevación contra el orden preexistente, sino la implantación de un nuevo orden que tergiverse el tradicional mediante la libre expansión de sus deseos vitales y la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia.
Vida noble y vida vulgar, o esfuerzo e inercia, dos modos de vida o dos concepciones del proceso vital radicalmente opuestos.
Es preciso no confundir la vida noble con la nobleza de sangre, ya que ésta es una calidad gratuita, a la vez que estática y pasiva, propia de la vida vulgar, poco esforzada e inerte.

Por qué las masas intervienen en todo y por qué sólo intervienen violentamente; el hombre-masa se siente omnipotente, perfecto. Es un ser de alma obliterada, vanidoso y de mente hueca de ideas. Pues bien, es precisamente este erial ideológico el que le empuja a imponer la barbarie sobre las normas. Tener una idea es poner en jaque a la verdad, es creer que se poseen las razones de ella, y es, por tanto, creer que existe una razón. Sin embargo, el hermetismo de su alma lanza a la masa a una violenta "acción directa".
Primitivismo y técnica es la más clara manifestación de la aplicación de la "acción directa" sobre la convivencia de una determinada comunidad humana, desembocando en un estadio de involución y de retraso histórico que provocaría la parálisis del desarrollo de la humanidad.
Por otro lado, fruto del dinamismo histórico es la técnica. Reflejo del triunfo de la civilización sobre la barbarie, de la razón sobre la fuerza. Es en definitiva, producto de una civilización que se hace cada vez más compleja.
Primitivismo e historia como podemos deducir de tan acertado apotegma, y por tanto historia y primitivismo están íntimamente relacionados. No podemos comprender la historia sin su primitivismo, ya que ésta es su razón, y si nos olvidamos de ella, volverá a reclamarla y, de paso, a imponer la que no tiene.
Por otro lado, jamás entenderíamos el primitivismo sin la historia, al ser la única técnica de análisis retrospectivo capaz de teletransportarnos del presente a los tiempos pretéritos, es decir, existe primitivismo entiéndase por este término como algo anterior, provecto, lo primero- porque la historia nos lo explica, nos lo enseña, nos lo descubre, si no, la humanidad tendría que redescubrirlo por retroceso de su modus operandis, volviendo así a un estadio de incivilización, de barbarie y de retraso tecnológico.

La época del "señorito satisfecho" es el nombre con que Ortega y Gasset designa al hombre-masa por excelencia.
Éste es un ser propenso a hacer de las actividades lúdicas la ocupación central de su vida; antepone el cultivo de su cuerpo al de su intelecto; en definitiva, prefiere la vida bajo la autoridad absoluta a un régimen de discusión.

Como principal representante de tan peculiar y cuasi-esperpéntica figura se erige el aristócrata hereditario, ya visto en apartados anteriores con el nombre de "noble de sangre" o "nobleza de sangre hereditaria". La vida de estos individuos es una vida atrofiada al estar condenados a representar la vida de sus próceres, y por tanto, a no ser ni su antecesor ni él mismo, de tal forma, que su persona se va envagueciendo por falta de uso y esfuerzo vital (ejemplos los tenemos a patadas en todas las familias reales de Europa, Arabia etc).
El "señorito satisfecho" es un hombre que ha venido a la vida para hacer lo que le dé la gana, para darle gusto con orgásmicos placeres inmanentes a su tunante cuerpo. Es tan ingenuo que juega a la tragedia porque cree que no es verosímil la tragedia efectiva en el mundo civilizado.
Resumiendo, actúa como un niño mimado, caprichoso, porque así lo consiente la civilización, capaz de imponer sus burdas y pueriles opiniones a cualquier precio.

Para progresar, la ciencia necesitaba que los hombres de ciencia se especializasen, es decir, en vez de especializarse ella misma se especializaban dichos hombres, convirtiéndose así en prototipos de hombre-masa.
Sin duda alguna, esto me hace pensar en que quizás la técnica contemporánea esté viciada desde su nacimiento, al ser fruto de la copulación entre el capitalismo y la ciencia experimental, y por lo tanto no sea pura, ya que la atribución al capitalismo, elemento exógeno del rigor científico, de la paternidad de la técnica actual puede conducirnos hacia la mecanización de la civilización, comenzando así una nueva era de autómata barbarie (esto se lo dedico al Aviador Dr. y sus especialistas -es un grupo de música Techno-).

El mayor peligro, el Estado es el artificio de una sociedad organizada para vivir mejor. Aunque, si ésta no es una sociedad fuerte y madura, en cualquier descuido, llámese "golpe de Estado" por ejemplo, el Estado puede llegar a sobreponerse dictatorialmente, y la sociedad tiene que empezar a vivir para él, como actualmente está ocurriendo a pequeña escala en las distintas Comunidades Autónomas, ahora llamadas, naciones, realidades nacionales y otras lindezas esputadas por los neopensadores social-nacionalistas.

TALLER
1-     Leer y analizar
2-     Consultar los siguientes palabras:
-          Nirvana
-          Filantropía
-          Involución
-          Diseccionar
-          Exacerbar
-          Acotar
-          Narcisismo
-          Erial
-          Apotegma
-          Verosímil 
3-     Según el texto, responder las siguientes preguntas:
a-      Nombre del tema y autor.
b-     ¿Cuál es la esencia de un pueblo?
c-      ¿Cuál es el hecho de las aglomeraciones?
d-     ¿Para el autor dos son los elementos esenciales que componen la vida?
e-      ¿Por qué se caracteriza la disección del hombre-masa?
f-       ¿Por qué las masas intervienen en todo y por qué sólo intervienen violentamente?
g-      ¿Cómo define Ortega El señorito satisfecho?

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